Todo esto comenzó en 2005 ayudando a un chico con esclerosis a poder utilizar el gimnasio más cómodamente, su fisioterapeuta y su entrenador pidieron ayuda a un grupo de ingenieros dado que entendían que ese tipo de ejercicio era importante para la salud de Antonio y que facilitárselo le motivaría a ir mas a menudo.
Diseñaron un aparato 100% inclusivo para Antonio, empezó a entrenar a diario.
Mejoraba cada semana, no su enfermedad, pero si su actitud ante la vida, su movilidad y su calidad de vida.
Antonio les dijo, «me habéis cambiado la vida, porque he sentido que os importaba».
Todas las personas con discapacidad deberían tener las mismas posibilidades que he tenido yo.
Y poder usar el ejercicio como una herramienta de inclusión y de mejora de su salud.
Comenzaron a ayudar a otros deportistas y financiar proyectos de desarrollo científico y tecnológico de herramientas que mejoren la calidad de vida de las personas a través del ejercicio físico.
Este camino les llevo a crear LA FUNDACIÓN DEPORTE SIN BARRERAS
La Fundación Deporte Sin Barreras desde ese momento tiene por objetivo desarrollar y apoyar programas, diseños, informes, observatorios… Que faciliten el acceso al ejercicio para la mejora de la calidad de vida de las personas.